Koka Kintu
diosa de los tres mundos
Mama Coca, unidad sagrada

Durante mi proceso de indagación con las AE reapareció el concepto de los tres mundos de la cosmovisión andina. Lo que particularmente me interesaba mirar es aquello que se halla en el medio entre el mundo de abajo y el mundo de arriba, entre las polaridades, que puede tomar tantas formas. En el caso de la oscuridad y la luz, me preguntaba cómo se presenta ese encuentro (o desencuentro) y que no siempre es evidente: ¿Qué sucede cuando las polaridades se encuentran? ¿Desde la experiencia artística, qué es lo que tiene la facultad de generar ese encuentro? ¿Cómo se puede crear algo nuevo desde esa experiencia?

Durante los últimos tiempos ha sido muy evidente cómo los opuestos, al ubicarse en una mayor polaridad, han producido grandes conflictos. Lo hemos visto especialmente en la política y las miradas de uno y otro lado han estado peligrosamente cargadas de un rechazo profundo. Esto se ha traducido en mucha agresión e incluso violencia. Y a nivel personal, si miramos lo que ha ocurrido dentro de cada una, es probable que también nos hayamos sentido polarizadas, produciendo en nosotras emociones muy desagradables. ¿Qué podemos hacer con todo esto? ¿Hay alguna manera saludable de conciliar esta polaridad tan extrema?

Al acercarme al Mundo De Abajo por medio de la danza y de la mano de las AE, encontré que los monstruos que habitan la Oscuridad me invitaban a iniciar un viaje íntimo hacia mi propia experiencia con las formas del miedo y el dolor. A través de ellas, fui encontrando cómo estas emociones desatendidas (tanto las propias como las ajenas), se viven como una oscuridad que produce imágenes monstruosas. Estas van adquiriendo la forma de fieras rabiosas, cuya invisibilidad en el mundo de nuestra cotidianidad se manifiesta más bien como sufrimiento e inclusive violencia. Si bien el punto de llegada es una profunda mirada al mundo de las emociones, en adelante van surgiendo nuevas imágenes que me hablan de niveles aún más profundos y reveladores.

En paralelo a estos descubrimientos con el Mundo de Abajo, en el contexto educativo en el que se desarrolla mi experiencia de trabajo con niñas y niños también observo cómo estas vivencias de oscuridad se develan y luego se transforman poderosamente por medio de la experiencia poiética. Los importantes aportes de las AE a la pedagogía sostienen estos hallazgos al permitir que se hagan visibles. La mirada respetuosa y una aceptación de los procesos creativos libres, terminan facilitando expresiones auténticas y produciendo procesos profundamente transformadores.

Ahora, si existe un Mundo de Abajo, también existe El Mundo De Arriba. Podría sonar algo pretencioso, pero en el fondo no lo es. Encuentro este espacio y tiempo como el de La luz del conocimiento existencial. Es una indagación íntima a través de las imágenes en las que nos reconocemos a partir de lo que somos capaces de crear. Es una manera de reconocer a la Fiera que habita en cada una. Algunos lo han llamado Daimon, como un ser travieso y libre que nos habita y que es capaz de viajar y habitar todos los mundos. Es un ser que nos regala mensajes reveladores de nuestra alma, evidenciando nuestra individualidad, nuestra identidad y nuestro sentido de Ser en el mundo.

La cosmovisión andina nos muestra los fenómenos cósmicos como el espacio y el tiempo de las deidades. Por medio de la poiesis, las imágenes que se develan en el espacio y tiempo imaginal nos hablan de nuestra verdad y de nuestra potencialidad, de los recursos creativos que tenemos y de su capacidad para transformar la realidad. El espacio del trabajo con niñas y niños también se presenta como un lugar sagrado de juego y exploración en el que se devela la riqueza de sus imágenes, con las que se encuentran y aprenden a dialogar.

El Arte como Puente o Tinkuy muestra cómo la metodología de las Artes Expresivas puede propiciar el ingreso al espacio oscuro y liminal de donde emergen las imágenes que nos hablan de lo más profundo y auténtico de nosotras, dándole cada vez mayor sentido a nuestras preguntas esenciales. La poiesis y la eco-poiesis nos ofrecen la posibilidad de ingresar, a través de la intermodalidad de la experiencia artística, a los tres mundos y descubrir qué personajes nos habitan, conciliando nuestros opuestos.