Imagino que se habrá despertado cierta curiosidad por saber qué rol juega La Fiera en todo esto, así que les paso a contar…
LA FIERA AMABLE
Durante la potente experiencia de exploraciones y aprendizajes con las artes expresivas (AE), surgió esta imagen. Ella fue asomando su cabeza poco a poco, hasta mostrarse completa. Y un poco como en la historia del Mago de Oz, resultó no ser tan fiera, ni tan peligrosa, ni tan amenazante, sino todo lo contrario: resultó siendo tierna, amable y, sobre todo, muy juguetona.
LA FIERA POIÉTICA
“… y es que cuando las palabras no nos alcanzan, surgen las imágenes.
Y ellas surgen en sueños, o contemplando la cortina de la ducha mientras el agua corre por mi cuerpo; o entre los pliegues de la toalla, cuando estoy sentada esperando el tiempo pasar. Con frecuencia también, durante mi encuentro con los árboles mientras saco a pasear al parque a Zeus, nuestro nuevo miembro de la familia. Son momentos “ahá!” del azar. Esto lo he ido aprendido con el tiempo, viviendo, estando atenta. Sin embargo, las imágenes no siempre son luminosas o agradables. Ellas surgen de la oscuridad del no saber algo, de ignorar algo fundamental que nos producen nuestras circunstancias y el mundo en el que vivimos. Como cuando estábamos en el fondo de la caverna y ¿quién quiere permanecer ahí? Tod@s, de alguna u otra manera, deseamos encontrarnos con la luz.”
LA FIERA TINKUY
El arte es esencial para la existencia de todo ser humano. El arte nos transforma, tanto al producirlo como al participar de la obra como espectadores, porque tiene la facultad de ingresar a esos espacio y tiempos que van más allá de nuestra cotidianidad y de lo predecible. La experiencia poiética le puede tocar la puerta sutilmente al mundo de abajo y al mundo de arriba, y hacerlos cantar, dándoles una voz que podemos oír en este tiempo y en este espacio donde nos encontramos ahora.